El auge del oro impulsa la economía nacional y fortalece el desarrollo local en provincias mineras como Zamora Chinchipe

El sector minero ecuatoriano atraviesa uno de sus mejores momentos en la historia reciente. El oro, uno de los metales más cotizados del mundo, alcanzó un precio récord de 3.979 dólares por onza troy, el valor más alto registrado hasta la fecha. Este aumento histórico refleja la creciente demanda del metal precioso como activo refugio ante la incertidumbre económica global y la volatilidad de los mercados bursátiles.

Entre enero y agosto de este año, Ecuador exportó aproximadamente 579 toneladas de oro, consolidándose como un actor clave en el mercado minero regional. Cada gramo de oro se cotiza actualmente en alrededor de 127,93 dólares, un indicador del elevado valor de este recurso y su impacto positivo en la balanza comercial nacional.

Zamora Chinchipe, protagonista del auge aurífero

En este contexto, la provincia de Zamora Chinchipe se posiciona como una de las principales beneficiarias gracias al proyecto Fruta del Norte, operado por la empresa canadiense Lundin Gold, considerada el yacimiento aurífero más grande del país y uno de los más modernos de América Latina.

El incremento del precio internacional del oro tiene un efecto directo en los ingresos nacionales, pero también fortalece la economía local. La operación de Lundin Gold ha generado miles de empleos directos e indirectos, dinamizando sectores como transporte, comercio y servicios en las comunidades cercanas al proyecto.

Además, la compañía ha destinado recursos significativos a proyectos comunitarios, infraestructura, educación y salud, como parte de sus programas de responsabilidad social empresarial. Con los precios internacionales en niveles récord, se espera que estas inversiones se amplíen, beneficiando a más comunidades rurales y mejorando la calidad de vida de miles de familias.

Perspectivas y sostenibilidad

Expertos señalan que la tendencia alcista del oro podría mantenerse mientras persista la incertidumbre económica mundial, lo que convierte al metal en un activo estratégico para Ecuador. El reto para el país y las empresas mineras será equilibrar el crecimiento económico con la sostenibilidad ambiental y social, asegurando que los beneficios del auge aurífero lleguen de manera efectiva a las comunidades locales.