La comunidad actuó bajo sus normas ancestrales tras capturar a un hombre señalado por múltiples robos en la zona.

La tranquilidad del cantón Salcedo se vio alterada luego de que un grupo de moradores capturara a un presunto delincuente, acusado por la comunidad de protagonizar una serie de robos a viviendas. Según testimonios de los vecinos, el hombre fue identificado merodeando en actitud sospechosa, lo que activó de inmediato las alertas y permitió que decenas de comuneros lo retuvieran antes de que intentara escapar.

Cansados de los constantes hechos delictivos y amparados en sus usos y costumbres, los habitantes decidieron aplicar justicia indígena antes de entregar al sospechoso a las autoridades. Dirigentes comunitarios confrontaron al retenido para esclarecer su presunta participación en los robos y, tras obtener versiones que consideraron suficientes, procedieron a ejecutar el ritual tradicional de purificación y corrección.

El castigo, acorde con las prácticas ancestrales de la zona, incluyó baños de agua fría, el uso de ortiga y latigazos simbólicos, acciones que —según la cosmovisión indígena— buscan expulsar las “malas energías” y generar reflexión en el infractor. La comunidad señaló que estas medidas buscan sentar un precedente y frenar la creciente inseguridad que afecta al cantón.

Aunque no se ha confirmado de manera oficial si el sospechoso fue posteriormente entregado a la Policía, el hecho reabre el debate sobre los límites, alcances y convivencia entre la justicia ordinaria y la justicia indígena, ambas reconocidas por la Constitución, pero frecuentemente sujetas a controversia en casos de flagrancia y delitos comunes.