Su legado queda marcado por la ayuda a personas con adicciones, la vocación social y la calidez humana que compartió hasta el final

La provincia de Zamora Chinchipe despide con profundo pesar a Gualberto González, un gestor social ampliamente reconocido por su incansable labor en favor de quienes enfrentaban problemas de adicción y situaciones de vulnerabilidad. Su partida deja un vacío difícil de llenar en la comunidad que lo vio trabajar, servir y acompañar durante tantos años.

González dedicó gran parte de su vida al apoyo social a través de su programa radial “Por una Vida Mejor”, un espacio que se convirtió en guía para muchas familias que buscaban orientación y esperanza. Desde allí impulsó mensajes de prevención, recuperación y acompañamiento, siempre con un enfoque humano y empático.

Más allá de su compromiso con la salud y la rehabilitación, también fue un promotor cultural y un ciudadano activo, recordado por su amabilidad, su trato cercano y su pasión por el café, la lectura y las conversaciones profundas. Para quienes lo conocieron, Gualberto era un hombre culto y accesible, siempre dispuesto a “pasar el mensaje”, como solía decir.

Amigos, colegas y allegados han expresado sus condolencias a su familia, destacando el legado de sensibilidad, servicio y solidaridad que deja en la memoria colectiva. Su vida se convierte ahora en testimonio de entrega y humanidad para las nuevas generaciones.

La partida de Gualberto González no solo genera tristeza, sino que invita a reflexionar sobre el valor de quienes dedican su vida al servicio comunitario sin buscar protagonismo. Su trabajo en prevención y acompañamiento a personas con adicciones evidencia la importancia de fortalecer espacios sociales y de salud que apoyen a familias que enfrentan estas realidades. Su legado recuerda que las transformaciones más profundas nacen de la empatía, la escucha y la voluntad de ayudar.