Estudio florístico evidencia la riqueza ecológica de la región y abre oportunidades de conservación y desarrollo sostenible.

El suroriente del Ecuador sigue revelando su riqueza natural. La Universidad Nacional de Loja (UNL) presentó los avances de su investigación sobre la flora en la cuenca alta del río Mayo, comprendida en los cantones Palanda y Chinchipe, un área de gran diversidad botánica que hasta ahora había sido poco explorada. El estudio, iniciado en 2023, busca determinar la composición florística, la estructura de los bosques y el nivel de endemismo, proporcionando información clave para la conservación del ecosistema amazónico.

Durante las expediciones de campo, los investigadores recorrieron parroquias como La Chonta, El Chorro, Chito, San Andrés, Zumba y Valladolid, recolectando 2.212 muestras botánicas. El resultado del trabajo científico reveló 705 especies vegetales, de las cuales 32 son endémicas, es decir, exclusivas de esta región. La diversidad incluye 310 árboles, 210 arbustos, 83 hierbas, 62 epífitas, 22 bejucos, 13 palmas y 9 especies parásitas. Entre las especies características destacan la flor de mayo, guayusa, cascarilla, arrayán, higuerón, copal, guabo blanco, palma de ramos y canelón.

Zhofre Aguirre, responsable del Herbario “Reinaldo Espinosa” de la UNL, explicó que los resultados permitirán planificar proyectos de restauración de paisajes, educación ambiental y aprovechamiento sostenible de recursos forestales no maderables, generando ingresos y oportunidades para las comunidades locales. “La información obtenida no solo sirve para proteger la biodiversidad, sino también para potenciar actividades económicas sostenibles en la región”, aseguró Aguirre.

Este estudio reafirma que Zamora Chinchipe es un epicentro de biodiversidad que combina valor ecológico y cultural, y que requiere medidas de conservación frente a amenazas como la deforestación, la expansión agrícola, la minería y los incendios forestales. La investigación de la UNL pone en evidencia que la protección y el aprovechamiento responsable de estos recursos naturales son fundamentales para garantizar la sostenibilidad ambiental y el desarrollo de las comunidades amazónicas.