Los bombardeos en la Franja de Gaza han dejado a miles de estudiantes sin acceso a la educación, profundizando la crisis humanitaria en la región.
Las autoridades palestinas han informado que 160 escuelas públicas han sido destruidas por completo a causa de los intensos ataques aéreos, mientras que 118 instituciones gubernamentales adicionales y 93 escuelas administradas por la UNRWA han sufrido bombardeos, daños o actos de vandalismo. Esta situación ha dejado a miles de niños y niñas sin la posibilidad de continuar con su educación de manera segura.
El Ministerio de Educación palestino ha señalado que muchas de estas escuelas ahora funcionan como refugios temporales para desplazados, exacerbando la crisis humanitaria y poniendo en riesgo la seguridad de los menores. La ONU ha calificado esta situación como un “escolasticidio”, destacando que los ataques sistemáticos a centros educativos violan el derecho internacional y afectan gravemente el desarrollo y bienestar de la infancia.
Organizaciones internacionales, como UNICEF, han manifestado su profunda preocupación, reportando al menos 64 ataques directos a instalaciones educativas durante octubre de 2024, la mayoría en el norte de Gaza. Estas entidades han hecho un llamado urgente para proteger a los niños y niñas y garantizar su acceso a espacios seguros de aprendizaje.
La comunidad internacional ha insistido en la necesidad de un alto al fuego inmediato y en la protección de la infraestructura civil, especialmente la educativa, para que los menores puedan continuar su formación académica y crecer en un entorno seguro.
Este panorama evidencia no solo la gravedad del conflicto, sino también el impacto duradero en generaciones futuras que ven truncado su derecho fundamental a la educación.
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