Quito, Ecuador. — Una reciente designación en la nómina de la Presidencia de la República ha desatado críticas en redes sociales y círculos políticos. Se trata de una joven comunicadora recientemente graduada, quien ahora ocupa un cargo en Carondelet con una remuneración mensual cercana a los $2.300 dólares.

Lo que ha generado mayor controversia no es únicamente su falta de trayectoria profesional, sino el presunto vínculo sentimental con el hijo de Jimmy Jairala, líder político con presencia nacional. Aunque no existe aún una postura oficial por parte del Gobierno respecto a los criterios utilizados para su nombramiento, el caso ha sido interpretado por sectores ciudadanos como un ejemplo de posible favoritismo político o tráfico de influencias.

La designación contrasta con la realidad que enfrentan miles de jóvenes ecuatorianos, quienes, a pesar de contar con títulos académicos y preparación, deben atravesar largos procesos de selección o aceptar pasantías de bajo salario. Un caso emblemático es el programa estatal “Jóvenes en Acción”, impulsado por el mismo Gobierno, que ofrece incentivos de $400 mensuales a jóvenes sin empleo.

Organizaciones estudiantiles y colectivos juveniles han calificado esta diferencia como una «falta de coherencia» por parte del Ejecutivo, que ha promovido un discurso de meritocracia e inclusión. La indignación ha crecido especialmente entre profesionales jóvenes que ven en este tipo de nombramientos un mensaje desalentador frente a la lucha por oportunidades equitativas en el sector público.

Hasta el momento, ni la Secretaría General de Comunicación ni la Presidencia han emitido un comunicado oficial aclarando los criterios técnicos que respaldan el nombramiento.

El tema continúa generando reacciones y pone en debate la necesidad de revisar los procesos de selección en la administración pública, con énfasis en la transparencia, el mérito profesional y la igualdad de oportunidades.