Unión financiera en puerta: la mayor entidad bancaria del país busca integrar a una institución emblemática con sólida trayectoria regional

El Banco de Loja S.A. ha convocado a una Junta General Extraordinaria de Accionistas para el 5 de septiembre de 2025, en la que se someterá a votación un proyecto de fusión por absorción con el Banco del Pichincha C.A., que actuaría como entidad absorbente. De aprobarse la medida, todas las operaciones, activos, pasivos y sucursales del Banco de Loja pasarán a formar parte de la red del Banco del Pichincha bajo su marca y estructura corporativa.

A pesar de la propuesta de fusión, el Banco de Loja mantiene indicadores financieros sólidos. Su calificación AAA lo ubica entre las cinco instituciones mejor evaluadas del país, junto al Banco Pichincha, Banco Bolivariano, Produbanco y Citibank. Además, su rentabilidad sobre patrimonio alcanza el 14,17 % y sus activos rondan los USD 754 millones. Actualmente, Banco del Pichincha posee entre el 56 % y 57 % de participación accionaria en el Banco de Loja, mientras que la Fundación Álvarez concentra cerca del 14 %, y el resto está distribuido entre unos 700 accionistas minoritarios. Si los accionistas aprueban la absorción, el trámite deberá pasar por la Superintendencia de Bancos, un proceso que podría tomar entre 18 y 24 meses.

En Loja, la noticia ha generado gran malestar. María Gabriela Duclós, presidenta de la Cámara de Industrias de Loja, calificó el anuncio como “una noticia muy triste para toda la ciudadanía lojana”, destacando el rol histórico que el banco ha tenido en el desarrollo económico regional desde su fundación en 1967. A esta voz se sumó Oswaldo Burneo, hijo del primer gerente del Banco de Loja, quien manifestó: “Levanto mi voz de protesta … restaría la posibilidad de trabajo a más de 500 funcionarios y 750 proveedores directos, quitando además una ayuda sustancial a la situación de muchas familias lojanas”.

Frente a la preocupación de clientes y trabajadores, la Superintendencia de Bancos del Ecuador aseguró que no existen riesgos financieros en esta operación. La institución recordó que los depósitos de los clientes están totalmente garantizados y que tanto el Banco de Loja como el Banco del Pichincha mantienen condiciones óptimas de liquidez y solvencia. Además, la entidad reguladora advirtió que la difusión de rumores falsos constituye un delito tipificado en el Código Orgánico Integral Penal, sancionado con penas de hasta siete años de prisión. Esto tras la reciente ola de desinformación que circuló en redes sociales sobre un supuesto cierre del Banco Pichincha, información que fue desmentida y que incluso motivó procesos sancionadores por fallas tecnológicas en el sistema de la entidad.

Aunque se asegura la continuidad de los servicios y la protección de los depósitos, persisten dudas sobre el impacto en la plantilla laboral y en el futuro de la institución lojana. Se estima que alrededor de 500 empleados y 750 proveedores directos podrían verse afectados por posibles procesos de reestructuración. Para muchos lojanos, la absorción significaría también la desaparición de una entidad con más de cinco décadas de historia y un fuerte arraigo social, considerada un patrimonio económico y cultural de la provincia.

El próximo 5 de septiembre de 2025 será decisivo para el futuro del sistema financiero ecuatoriano. Si la Junta de Accionistas aprueba la absorción del Banco de Loja por el Banco del Pichincha, se abrirá un periodo de transición de hasta dos años bajo la supervisión de la Superintendencia. Aunque la estabilidad financiera está asegurada, las implicaciones emocionales, laborales y sociales continúan generando debate en la región sur del país.