La imagen de la Reina del Cisne partirá el próximo 17 de agosto desde su santuario en El Cisne, iniciando un recorrido sagrado que incluye paradas en San Pedro de la Bendita, Catamayo y que culminará en la ciudad de Loja, en medio de cánticos, rezos y un profundo fervor popular.
Para los peregrinos, esta romería no es simplemente una caminata; es un acto de amor, gratitud y fe. Muchos caminan en cumplimiento de promesas, otros para pedir salud, trabajo o protección para sus familias. Aunque el trayecto es largo y demandante, representa también una oportunidad para compartir con otros creyentes y renovar la esperanza.
“Cada paso es una oración, cada amanecer en el camino es una bendición”, expresan los fieles que año tras año emprenden esta travesía como un compromiso espiritual y acto de entrega total.
La Virgen del Cisne no solo une territorios, sino también corazones, reafirmando la espiritualidad profunda de un pueblo que, a pesar de las dificultades, nunca pierde la fe.





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